Por la forma en que las autoridades policiales
enfrentaron a los revoltosos en el día de ayer lunes 24 de abril, una memorable
fecha para la Republica Dominicana, la que fuera aprovechada para reclamar la construcción
del Hospital Pedro Emilio de Marchena y por ende el Estadio de Béisbol Bebecito del
Villar, donde años atrás los heridos y apresados resultaban por decenas.
El propio gobierno del Partido de la Liberación
Dominicana, PLD, con su presidente Danilo Medina, ha podido entender que no se
trata de derramar sangre de un pueblo que solo reclama justicia antes sus
males.
Desde este espacio saludamos el comportamiento
del General, Francisco Rhommel López, comandante de la Dirección Regional Cibao
Sur, quien dentro de las medidas posibles mantuvo el comedimiento de sus tropas
en las calles respetando el derecho constitución de los pueblos a las protestas.
Entendemos, que el general Rhommel, entendió que
los pueblos merecen impulsar su propio desarrollo mediante los métodos que
puedan entender a usar y, cuando sus autoridades les fallan, quizás por tales
razones, un día después de los enfrentamientos y disturbios sociales, no
existen lamentaciones en la familia Nouelenses.
Ahora, en
la meditación de los que se han adjudicado un liderazgo político en la
Provincia Monseñor Nouel, está la búsqueda
de soluciones a los males que vienen provocando las protestas callejeras y, a los que no pueden continuar dándole largas pues el panorama pintó ser un ensayo de lo que hoy vive Venezuela.
El general Rhommel, cumplió con el deseo de la familia
de Monseñor Nouel, no derramarle su sangre, no maltratarles a sus hijos ahora falta
que los responsables de llevarnos a este abismo de indolencia apliquen sus fundamentos
y normas legislativas para la cuales se impusieron el pasado 15 de mayo del año 2016.
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