Una Opinión invitada
Muchos han considerado, que si
las voces de César Medina y Alvarito Arvelo, se hubiesen ofrendados en defensa
de la gran mayoría, no así a ésta partidocracia inepta y sin escrúpulos, hoy no
tuviéramos esta democracia amorfa e incapaz de satisfacer los requerimientos y
servicios ciudadanos.
Ambos comunicadores prefirieron
el lujo, la lujuria del poder político en vez de catapultarse en la historia
comunicacional de la Republica Dominicana, como dos grandes defensores de la
libertad, la democracia y desarrollo de los pueblos.
Empeñar el privilegio del poder a
través del micrófono en vez de enfrentarlo, resulta altamente asqueante y
repudiable por tanto, pedirle a un pueblo que rece por quienes desde el
privilegio del micrófono, nunca han expresados el mas mínimo gesto de
misericordia hacia los dominicanos y los
que hoy ven plegada su vida al filo de un costoso tratamiento médico o a la
operación urgente de un quebranto de salud.
Tanto César Medina como Alvarito
Arvelo, padecen los quebrantos de mortales enfermedades, las que por mas dinero
que hayan acumulados producto de sus desdeñables alianzas con agentes del
gobierno, no podrán impedir que en corto tiempo salvo un fortuito milagro de
Dios, sus vidas se apaguen como llamas de lámparas.
No entendieron que la vida es una
pequeña llama que hasta con la ligereza de una brisa pálida se apaga, esta en
nosotros si iluminar los recónditos rincones del mundo o apagarlos
Cesar Medina y Alvarito Arvelo, a
pesar de la incertidumbre de sus vidas, están a tiempo de iluminar con sus
apaciguadas llamas, una apagada sociedad que no encuentra esa luz que ilumine
el camino al cual una política errada de sus gobernantes le mantiene en la
oscuridad.
Por; Leonardo Jaquez.
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