Presidente Danilo Medina:
Frente a la crisis de confianza
generada por la corrupción e impunidad
rampantes que
socavan los valores y principios elementales en que se basa nuestra democracia,
el pueblo dominicano espera en su rendición de cuentas del 27 de febrero,
respuestas honestas y medidas contundentes.
El pueblo necesita escuchar cómo su
gobierno enfrentará la quiebra moral que corroe al país y frena el desarrollo
de la nación.
Hemos escuchado, una tras otra, denuncias
sobre casos de corrupción -SUNLAND, TUCANOS, OISOE, ODEBRECHT, CORDE, CEA- sin
que al día de hoy los responsables hayan pagado por sus hechos o estén bajo
procesos judiciales.
Somos testigos de confesiones sobre
hechos vergonzosos de corrupción provenientes de Estados Unidos y de Brasil,
que han causado estupor y desasosiego a toda la Nación, por las inconductas de
unas pocas personas. Esas acusaciones empañan la imagen y el buen nombre del país.
Ese, señor Presidente, no es el
comportamiento de la mayoría de los dominicanos y dominicanas, que somos
honestos y trabajadores, y que nada tenemos que ver con tan dolosa conducta.
La gravedad de tal situación exige
que, como jefe de gobierno, usted informe las medidas urgentes y eficaces que
adoptará para devolver la esperanza y tranquilidad que un puñado de
corruptos pretende robarnos.
El 22 de enero, el pueblo
dominicano protagonizó una contundente manifestación, reclamando el fin de la
corrupción y la impunidad.
Como principal
servidor público y
guardián de la Constitución y las leyes, usted tiene la obligación de dar explicaciones convincentes, informando con transparencia al
país de todo lo que su gobierno sabe sobre el presente escándalo de corrupción,
algo que no ha ocurrido hasta ahora.
Ese esclarecimiento incluye la
contratación del publicista Joao Santana, asesor principal de sus dos campañas
electorales, hoy condenado a 8 años de cárcel
por su participación en el esquema de sobornos y corrupción internacional
generado desde Brazil.
Usted tiene la responsabilidad de
garantizarle a la Nación que aquí se sabrá todo lo ocurrido y quiénes son los
responsables no sólo de los sobornos y sobrevaluaciones, sino del entramado
general de corrupción e impunidad, y que sus autores serán sometidos a la
justicia para que paguen por sus delitos de manera ejemplar.
El pueblo quiere ver a los
corruptos en la cárcel. A todos, sin excepción, no importa el partido o el
sector social al que pertenezcan, porque el pueblo no tiene corruptos
favoritos. Yo tampoco los tengo!
Es muy doloroso constatar cómo se
han invertido los valores en la sociedad dominicana, se les está enseñando a nuestros hijos que para
tener éxito hay que robar, viendo cómo unos pocos intocables se enriquecen
ilícitamente a costa del sacrificio del pueblo y exhiben en la cara de todos su
opulencia, mientras la justicia solo se le aplica a los desprotegidos del
poder.
¿Cómo es posible que una empresa
que obtuvo contratos por medios fraudulentos, como ha confesado Odebrecht,
continúe beneficiándose del país como si no hubiera pasado nada? Además de una
violación a las leyes, esa es una ofensa y una provocación a la dignidad de la
Nación. Odebrecht no debe continuar operando en el país!.
Tenemos una juventud con ansias de
creer y trabajar por su país, de realizar sus sueños; de estudiar, hacer
deportes, divertirse, sentirse seguros y juntos construir una Patria grande, de
la que todos podamos sentirnos orgullosos.
Para lograr ese objetivo hay que enderezar
el rumbo, señor Presidente, hay que recuperar la ética, la decencia y el
respeto a la Constitución y las leyes.
Hay que terminar con la política de
endeudamiento imprudente, el dispendio y la mala calidad del gasto público.
Hay que aumentar los salarios, para
que alcancen a cubrir la canasta básica; mejorar los servicios de salud y
ofrecer los medicamentos esenciales que ahora no llegan a los hospitales, y hay
que elevar la calidad de la educación.
Es urgente poner fin a los
homicidios, los asaltos, los robos, a toda esta violencia y criminalidad
que desesperan a la familia dominicana y la hacen querer huir del país.
Para esa y otras políticas públicas
que mejoren la calidad de vida de la gente se necesitan recursos; dinero que,
mediante malas artes, sustraen hoy del presupuesto funcionarios que merecen el
escarnio público y la muerte civil, de modo que nunca más puedan trabajar en el
Estado, como ha declarado recientemente el presidente peruano Pedro Pablo
Kuczynski.
Debemos fortalecer las instituciones, para lo cual se requiere voluntad política y determinación; poniendo el ejemplo
desde la presidencia de la República.
Estos son los temas acuciantes de
la agenda nacional, sobre eso espera el país que usted se pronuncie el 27 de
febrero con franqueza y sinceridad.
Señor Presidente: Que el silencio y la evasión no
sean la respuesta, especialmente en este momento en que el pueblo reclama
respuestas a sus interrogantes y ha expresado mayoritario descontento por el
deterioro de su calidad de vida a causa de una ineficaz gestión pública con
marcado deterioro ético y moral.
23 de febrero 2017
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