lunes, 17 de noviembre de 2014

MENSAJERO DGII BONAO, Asume función de fiscalizador personal

Por: Alexis Rosario.

Lo demasiado hasta Dios lo ve. Los casos de corrupción, chantaje, manipulación y extorsión contra simples ciudadanos no son escenarios exclusivos de las desacreditadas instituciones públicas de nuestro país. 

 Ya en las instituciones denominadas como autónomas o descentralizadas del Estado hay muchas manzanas podridas, donde empleados y funcionarios aprovechan las bondades de sus posiciones para cometer defraudaciones y todo tipo de travesuras para beneficio propio, poniendo en peligro no solo la moral y la suerte de  otros empleados y funcionarios compañeros de trabajo, sino la credibilidad de una institución considerada modelo de la administración pública como lo es la Dirección General de Impuestos Internos.

En este caso, nos referimos de manera particular a las graves denuncias contribuyentes o ciudadanos, algunos de los cuales se han quejado en la institución, y otros han llegado hasta nuestros medios para expresar la incómoda situación donde un simple mensajero de la Administración Local Bonao (Que según denunciantes obedece al nombre de Ruben Alcantara y anda en una camioneta blanca de la DGII), que luego de entregar las notificaciones de incumplimiento de sus obligaciones tributarias, le invita a reunirse con el fuera del horario de trabajo, y en otros casos, resolverle sus situación con determinadas sumas de dinero. En los últimos casos denunciados recientemente los contribuyentes no tienen deudas por pagar a la DGII, por lo que esto constituye una falta aún más grave.
Comerciantes y asesores tributarios que conocen  los últimos casos denunciados, concluyen que el citado mensajero de la DGII, por sí solo no tiene la capacidad de conocer y manejar datos de la cuenta corriente de los contribuyentes, razón por la que se presume que debe haber un autor intelectual dentro de la institución.
Esta acción no sólo constituye un riesgo para el prestigio y la moral de  los empleados y funcionarios serios que laboran en la Administración Local de la DGII Bonao, es un hecho delictivo que deben ser castigado y llevado a la justicia ordinaria, ya que la misma atenta contra la misma existencia de la institución, pues los ingresos por rectificativas o impuestos dejados de pagar de un contribuyente van a parar a los bolsillos de un particular en vez de llegar a las arcas del Estado.
Desde hace tiempo, son muchas las denuncias de comerciantes que se ha visto obligados a negociar por fuera sus casos de incumplimientos, pero la mayoría de ellos prefieren no dar nombres por temor a recibir represalias futuras y porque son desconocedores de las normas y reglamentos que rigen sus obligaciones y derechos en materia tributaria.
Ante el extremo a que han llegado los casos y las cosas nunca vistas en la Dirección General de Impuestos Internos, directivos del CÍRCULO DE ESTUDIOS TRIBUTARIOS (CET), hicieron una visita al administrador local de la DGII, para que asuma la responsabilidad de investigar la veracidad de todas las pruebas y denuncias a nivel local.

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