miércoles, 22 de febrero de 2017

Editorial del Nuevo Diario

El país vive momentos difíciles de deterioro moral y ético, que afecta a una sociedad atrapada en la irresponsabilidad del liderazgo político nacional que parece no muestra una verdadera voluntad de darle un giro a esto.

Los obispos dominicanos han hecho una crítica merecida y oportuna contra la corrupción que ha generado pobreza y castrado el bienestar colectivo.

Lo mucho hasta Dios lo ve, reza una frase que la gente ha hecho suya, y los dominicanos sienten que la indiferencia de sus líderes frente a los grandes problemas, toca límites.

La Iglesia Católica escogió de tema a la juventud dominicana, víctima de la exclusión y falta de oportunidades.

Los jóvenes son parte fundamental del presente e ignorar esa realidad es apostar a una derrota como nación.

Las circunstancias demandan el inicio de un verdadero compromiso nacional. Es necesario y debemos comenzar ya.

La Carta Pastoral es un llamado de atención.

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