
Sus años de gestión municipal como regidor, no
fueron bien valorado por el electorado cosechando de esta manera lo que sembró,
todo un municipio se indigno con los negativos procederes del legislador
municipal por tanto, el castigo recibido en las urnas por el electorado.
Es el espejo en el que los regidores entrantes
deben verse para no provocar efectos negativos en las miradas cortantes del
electorado quien a pesar de cada 4 años tener la oportunidad de empuñar el
cuchillo, al clavarlo, lo hace sereno pero con deseo inmenso de enterrarlo
motivado a una inquebrantable voluntad de cambiar los malos por los buenos.
Pasar por pasar por una institución no tiene
sentido, y si lo tiene, debe ser de
pertenencia e identidad como factor determinante de conducta y perspectivas,
Juan Suriel, nunca quiso entender como regidor, que la conducta humana no es
producto de un factor o una causa, esta tiene sus variantes y la que todo un
pueblo observa en silencio.
No mostrar con ahínco su defensa a favor de su
pueblo, tuvo sus consecuencias en las urnas no sólo para él, sino para los restantes
que intentaron ser valorados por los electores oportunidad de oro
para estos realizar los cambios requeridos de sus autoridades, una dosis
de este efecto podemos verlos en Willy Céspedes Jayaco La Ceiba y en Ramón Marte, Arroyo Toro, su labor a
favor de todos, fueron valoradas en las urnas y por eso el pueblo le premio.
Vamos hacerlos y vamos hacerlos bien, juntos
podemos.
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