Domingo
Páez, reflexionó este lunes sobre las detenciones por el caso Odebrecht,
destacando que la corrupción creció en los últimos 30 a 40 años en el
país de manera sostenida, pero a partir del 2004 se incrementó de manera
extraordinaria de manera espantosa.
Reiteró que se construyó un régimen de impunidad para garantizar que
quien fuera al Estado a acumular grandes fortunas, disfrutara a sus
anchas, no solo de estos recursos y su tranquilidad hogareña, sino del
dinero que le diera prestancia social y la gente consumía eso “con
envidia”, como el caso de los jóvenes.
“De ahí el caso de Figueroa Agosto y todos los jóvenes que se
involucraron y que finalmente fueron a un proceso judicial en el que
muchos fueron condenados. La sociedad dominicana fue degradándose en
niveles tan grandes que se acumuló un resentimiento que está pendiente
de ser analizado por los psicólogos”, precisó.
Razonó que ese resentimiento fue capturado por el Movimiento Verde y
por eso cada marcha fue más grande y, “a pesar de la histeria de los
comunicadores bocinas, ese sentimiento de indignación por la impugnación
a la corrupción ha ido creciendo”.
Dijo que el pueblo dominicano puede regocijarse de haber logrado
vencer el proceso de adormecimiento que intentaron dando larga a la
investigación y que está mediatizado porque no se quiere investigar el
tema de las sobrevaluaciones, pero que sin embargo, el país debe
regocijarse porque es el primer paso y es una convocatoria firme a
seguir luchando porque aún no se ha desmontado la impunidad y “hay que
avanzar hacia la incautación de los bienes”.
Este país en definitiva debe enfrentar este problema que ha
convertido la sociedad nuestra en una sociedad de personas que han
decidido lanzar cualquier tipo de valor que limite los desenfrenos
humanos a cualquier callejón.
“Definitivamente, la Marcha Verde le ha permitido al pueblo recuperar
la confianza, porque este es un éxito del pueblo y esta es una
expresión contundente de que se puede cuando asumimos los problemas de
manera firme”, dijo Páez.
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