Por; Juan Bolivar Diaz.
Por
más vueltas que se le den el balance del 2017 es devastador para la
institucionalidad democrática, para el Congreso Nacional, con la
justicia empantanada en una arrolladora cadena de escándalos
de corrupción, comenzando por el de los sobornos, sobrevaluaciones y
financiamientos políticos de Odebrecht, ante los cuales la respuesta de
Ministerio Público fue ridiculizada por la juez presidente de la Cámara
Penal de la Suprema Corte de Justicia, Miriam Germán.
El
primer año completo de la segunda gestión del presidente Danilo Medina
marcó un declive de su aprobación, manifiesto en las encuestas, el
gobierno quedó a la defensiva y el mandatario enmudeció frente a la
masificación de los reclamos contra la corrupción y la impunidad que
encarnó la Marcha Verde, la mayor expresión de ciudadanía en la historia
del país.
El
año concluye sin que se firmara el Pacto Eléctrico pese a tres años de
discusiones y con el gobierno evadiendo el pacto fiscal, ambos
dispuestos por la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo del 2012,
compensando la falta de contribuciones tributarias con un endeudamiento
que en la primera mitad del año llegó a 12 millones de dólares por día,
más de 570 millones de pesos.
El
Congreso Nacional agotó las dos legislaturas del año discutiendo los
proyectos de leyes de partidos políticos y del Régimen Electoral,
quedando paralizado por la persistencia del presidente Medina en imponer
el padrón electoral abierto como obligatorio para todos los partidos
escoger sus candidatos a las elecciones generales, evadiendo
planteamientos de fondo como la transparencia y limitaciones del
financiamiento y las sanciones a las repetidas incursiones del aparato
estatal en las campañas electorales.
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