El desborde de decenas de empleadas de las Bancas O & M, las
que vienen denunciando en los medios de prensa que están siendo estafadas por
la administración de la misma, esto está afectando incluso la propia seguridad
de las familias de estas humildes ciudadanas.
Políticamente el diputado Orlando Martínez, no debió permitir
esta dinámica la que debió tratarse dentro de la cotidianidad interna y hoy, no
se le calificaría de que “A Dios Rogando y con el mazo dando”, la oficina
central de las Bancas O & M, debió evitar estos escándalos, lanzar un plan estratégicos
con estas empleadas que combata sus pervertidos actos el cual muchos quieren
matizarlo de político.
Es obvio que al Orlando Martínez, no tener un equipo de Prensa y
Comunicación, el problema llego a un punto incontrolable en el que el descrédito
a tocado fondo delincuenciales, es decir, esas hoy ex empleadas de las Bancas O
& M, se lanzaron a las calles a reclamar lo que ellas entendieron sus
derechos, entendieron que las estafaban.
Laborar como expresan estas, “temerosas e inseguras” de que su
propio empleador le robe su sueldo no le deja otra alternativa que recurrir a
los tribunales pues tratar el asunto en las oficinas, era ser canceladas al
instante, pues ninguna de éstas quedaba salva de ser victima de tal abuso de
los administradores de las Bancas O & M.
Aunque muchos quieran negarlos, políticamente esta acción no
solo afecta la imagen de las Banca O & M, sino la imagen del diputado
Orlando Martínez.
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