El Renombrado Colegio Juan Pablo Duarte, al
parecer se ha unido a los innumerables casos de corrupción o manejos
inadecuados de fondos en materia administrativa existentes en el Ayuntamiento
del Municipio de Bonao.
Es penoso que ese prestigio alcanzado por el
Colegio Juan Pablo Duarte, se vaya desvaneciendo por la falta de transparencia
de una institución a la cual estos, (El Colegio), le esta comprando un servicio
de vigilancia de manera improcedente pues viene utilizando nuestros policías
municipales, para una labor interna de dicho centro educativo, unos agentes que paga el municipio con sus
impuestos, son utilizados como obreros al servicio de instituciones privadas.
Sabemos que la corrupción administrativa es un
problema ya cultural en todos los estamentos públicos en la República
Dominicana, pero de ahí, a que una institución
educativa privada tenga la visión de utilizar policías municipales para ordenar
la salida y entradas de sus alumnos al colegio como que se le falta a la ética
y moral de quienes administran el mismo.
La profesora Lesbia Brea, recién reconocida por
el presidente de la República, Danilo Medina, administradora del Colegio Juan
Pablo Duarte, debe desistir de este servicio y adjudicárselo a una compañía de
vigilantes privada, para de esta manera no continúe siendo parte de la cultura
corrupta que esta gestión municipal ha implementado en nuestro Ayuntamiento del
Municipio de Bonao.
Quienes administran el Colegio Juan Pablo Duarte,
deben tener en cuenta que el problema de la corrupción no es propio del
Ayuntamiento del Bonao, sino, es un problema social del que nadie ha querido
enfrentar pero si, unirse a éste como vienen haciéndolo y lo que se esta revirtiendo en la sociedad,
mientras la ciudad carece de orden municipal las instituciones privadas las
tienen paga con nuestros recursos y así esto no puede ser.
Desde esta tribuna soy de lo que entiende, que el
Colegio Juan Pablo Duarte, no debe continuar patrocinando la corrupción en el
Ayuntamiento del Municipio de Bonao y actual con responsabilidad no haciéndose cómplice
de quienes sin ningún tipo de escrúpulos se pasean por nuestras calles sin una sanción
social a costa de los recursos y bienes del pueblo, a costa de acciones
corruptas e inmorales.
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