El presente impasse entre el alcalde Darío Rodríguez
y los regidores, ha mostrado a la sociedad nouelense, que las cosas no
funcionan ni funcionaran si ambos organismos tanto legislativo como ejecutivo
no cuentan con el apoyan mutuo y regularizando todo los procesos de desarrollo
a favor del municipio.
El accionar dentro del entorno del Parque Duarte,
sólo por falta de comunicación entre las partes, promovió a que la Sala Capitular
y 7 de sus regidores asumieran el control legítimo del organismo en su rol de
fiscalizadores de los bienes y accionar del ejecutivo.
Erróneamente algunos funcionarios y allegados
al ejecutivo han entendidos que declarándole la guerra a través de las redes
sociales a mayoría de regidores procurando así desacreditarles van alcanzar algún
objetivo desconociendo, que con esto sólo
agravaran la situación y una muestra es, que tienen poder para congelar la
cuenta del Ayuntamiento y por igual pedir una auditoria.
Aquellos que vienen agitando e inoculando el veneno
de la cizaña y la división en el Ayuntamiento del Municipio de Bonao, deben
saber que de continuar no tendrán un fácil resultado por lo que deben dejar que
tanto el poder legislativo como el ejecutivo impongan sus criterios pues lanzándole
agua a un incendio de gasolina solo generaría agravarle.
De esta tormenta indudablemente el único que saldrá
favorecido será el municipio el que por demás sabrá, que en el 2020 deben ir a
las urnas a realizar los cambios de sus hombres y mujeres que bien no les han
representados en los estamentos públicos, aspirar a que sus voluntades
ciudadana sean la de elegir lo transparente, lo creíble, lo fiable.
Ojalá los que vienen agitando entiendan que
tanto los regidores como el alcalde, fueron elegidos por 4 años y el impasse político
existente debe solucionarse entre estos sin la necesidad de meterlos a todos en
una licuadora.
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