El oportunismo como bandera

Dentro de las novedades dejada por Luis Abinader, en su visita por Monseñor Nouel, el pasado martes pudo bien notarse el caluroso apoyo dado por Héctor Acosta, al precandidato presidencial del PRM, dándole de esta manera, un palo acechao a Hipólito Mejía.

Acosta un reconocido militante de la facción de Hipólito Mejía, y su H20, al parecer ha optado, ya en la ruta critica de las primarias por abandonarlo para pasar apoyar a Luis Abinader.

Recordemos que el expresidente Hipólito Mejía, dentro del proceso de las primarias e inscripción de militantes, ha visitado por cuatro ocasiones la provincia Monseñor Nouel, en las mismas, Héctor Acosta, ha brillado por su ausencia por lo que la imagen que adorna el presente texto, dice muy bien que abandona la corriente interna de Mejía, para pasar apoyar a Luis Abinader.

Este paso dado por el candidato a Senador por Monseñor Nouel y el PRM, Héctor Acosta, nos dice que el irrespeto y las traiciones no tienen fronteras, nos dice, que no existe la fidelidad por tanto marca una línea divisora entre su persona y el electorado.

Bonao no puede confiar en marioneta púes así como Héctor Acosta ha traicionado hoy a Hipólito Mejia, el hombre que lo impuso por encima de Enriquillo Reyes, con su candidatura a Senador, el hombre que resultó mano derecha en su gobierno de 4 años y a quien protegiera durante el mismo, da muestra de ser un traidor de ser un candidato no confiable para los electores.

Héctor Acosta, ve acortarse el tiempo y el proyecto de Hipólito Mejia, no avanza en Bonao, ve que su competencia es fuerte dentro del PLD, por tanto decide brincar la tablita para donde tiene mayor oportunidad sin tan siquiera, guardar las apariencias como quien dice, hay que estar con la mayoría.

Sin proyectos ni propósitos Héctor Acosta, busca ser el Senador por Monseñor Nouel, quiere serlo, sin dar esos requeridos pasos de avances políticos que inspiran confianza y respeto hacía el electorado en otra palabra, quieren que lo lleven para como a Hipólito, también darle la espalda por ventajosas conveniencias particulares.  Es un riesgo que Bonao no debe correr y del que ya tenemos sobradas experiencias.