Que no se repita nunca una segunda oportunidad

Dicen, que el ascenso de los pueblos y las provincias, son acontecimientos que se inscriben si estos los irradian sus principales autoridades; entendidos en materia política refieren que tales propósitos deben ser emanados desde el Congreso Nacional y por sus respectivos representantes.

Estos dicen, que el Congreso Nacional,  es el trampolín desde donde se impulsan los avances y desarrollo de los pueblos por lo que sería de gran interés conocer del 2006 al 2010, periodo en el que le correspondió a la Provincia Monseñor Nouel, ser representada en la Cámara Baja, por el hoy precandidato a Senador Casimiro Ramos, de quien no se conoce un solo proyecto de Ley sometido por éste en 4 años.

Durante este periodo 2006-2010,  la visión y el desarrollo de Monseñor Nouel, estuvo en las manos de José Antonio Fabián, Casimiro Ramos y Modesto Díaz, la firmeza con la que vendieron sus proyectos políticos a la colectividad parecían firmes sin embargo,  meses después resultaron frustrantes y hasta vergonzantes para muchos que confiaron en estos.

Nueve años después de haber matado y enterrado sueños reaparece el Ingeniero Casimiro Ramos, luego de haberse paseado por todos los estamentos de mayor categoría del estado y mantener sumergido en la vergüenza a su provincia, surge aspirando a la senaduría por Monseñor Nouel, queriendo desconocer el perseverante trabajo y avance que 9 años después ha alcanzado la provincia y en los que no ha hecho nada para su crecimiento a pesar de haber tenido y tener todas facultades.

La ocasión es propicia para que la Provincia Monseñor Nouel, se llame así misma a reflexión y ver si vale la pena regresarle su confiabilidad a Casimiro Ramos y llevarlo de regreso al congreso, reflexionar y definir resultados en aquella frase de Galil Gibran,  de que si me engaña una vez, malo es él, la segunda la culpa mía es.

 

Los engaños en política, tienen un alto costo púes te destruyen moralmente junto a tu familia y en ocasiones hasta la cárcel te sirve por años de residencia y nunca segunda parte son buenas, más vale un conocido que uno por conocer.