Con
el lanzamiento y aspiración a dirigir los destinos de Municipio de Bonao, de
parte de Eberto Núñez, podemos asegurar que los proyectos de lucha contra la corrupción
del Gobierno de Danilo Medina, acaban de estancarse pués con tan contundente
acto político como así lo han bautizados algunos éste sólo ha servido para distraer
a la población Perremeista.
Eberto
Núñez, no está siendo sincero consigo mismo, pues debió primero renunciar a la
presidencia del Partido para de esa manera no ser Juez y Parte de los procesos
a jugar en los días por venir pero muchos menos entorpecer otras aspiraciones a
su misma posición, la historia no debe repetirse.
Sabemos que cualquier aspiración a la Alcaldía por
el Municipio de Bonao, está a destiempo pues nos encontramos a 20 meses del
2020, un año y 8 meses para las elecciones lo que indica que con tal pretensión
lo que se busca es distraer a la militancia del PRM, mientras los problemas como
la inseguridad, el desempleo y el atropello de la militancia de esa organización
en los puestos públicos continúan a la orden del día y sin que nadie levante la
voz por estos.
Además, ¿de que vale realizar un lanzamiento a una
candidatura a X cargo político cuando la propia Constitución y la propia Ley de
Partido prohíben el proselitismo? es, un contraste tales aspiraciones más,
cuando el propio PRM, como partido, debiera enfracuarse en fomentar, dinamizar junto
al actual alcalde los propósitos municipales, no enfrentarlo como si éste fuera de la oposición.
La actual dirigencia del Partido Revolucionario Moderno,
(PRM), ha venido cometiendo lamentables errores uno detrás de otros y en
apenas horas lo que indica que estamos frente a un partido completamente
desorganizado y el que dentro de ese desorden busca continuar siendo más de lo
mismo.
Es lamentable, que dirigentes políticos
como el doctor Enriquillo Reyes, Alberto Marte, Orlando Martínez y otros
experimentados en la materia, se hayan prestado a tan funesto propósito para el
PRM, pues por lo menos, debieron pedirle a Eberto Núñez, guardar las apariencias
renunciando a su alto cargo direccional en el partido dado que nadie puede
ocupar dos espacios a la vez pero mucho menos, ser Juez y Parte en ningún
estamento de la sociedad.
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