sábado, 4 de noviembre de 2017

Cuidemos la verdad

Opinión Invitada:

Jose Lino Martinez

Esta palabra no es un simple vocablo. Es la verdadera esencia de nuestras actuaciones.  La verdad no es decirle a alguien lo que se piensa sin trabas ni rodeos.  Un sentimiento expresado no necesariamente es una verdad. Muchas de las veces es un desahogo, inclusive un torrente de palabras que raya con la imprudencia y la prepotencia cuando se confunde con una pela de lengua.

Friedrich Niestzcher,  el gran filósofo alemán, reflexiona al respecto, que la verdad, a veces es una gran mentira que se acepta como una verdad porque conviene a la falsedad tomarla de taparete. Como dice Ricardo Arjona sobre Jesús, es verbo no es sustantivo.  O sea, lo que define una oración gramatical, no es decir soy verdadero cristiano, sino serlo de hecho, de palabras, sino con los hechos.

Por ejemplo, una verdad no es decir quiero a mi prójimo y en el momento de demostrarlo, resulta  falso. Entonces,  esa verdad es una pose.  Una vulgar mentira. Lo es también, comprometerse con una responsabilidad y no cumplir. Ahí se actuó con mentira.

Una mentira lo es cuando se tiene una familia y no es su ejemplo. Es mentira social y de formación, cuando usted hace algo que a los hijos le prohíbe.  No es verdad,  que usted no teniendo derecho a realizar algo, lo asuma como una potestad sin corresponderle. Un impostor es una mentira.

La verdad es cuando lo dicho o lo hecho es igual a lo que es y  todo es igual a tu actuación.  La verdad es una pose de hipocresía cuando se dice soy honesto y sus actos no se asemejan a lo correcto.
La verdad es un sacrilegio cuando se dice como mentira envuelta en los sacramentos de un altar. Es una profanación cuando dice que la verdad abraza cuando eres mentira en tu casa. Si una línea es una sucesión de puntos, una verdad es un patrón de mentira cuando de verdad  lo que practica es una perfidia. 

Es una mentira cuando dice abrazar la verdad, cuando lo que abraza es la mezquindad y la maldad.
Finalmente, es una verdad cuando besos da como judas y tu amor se hunde en la falsa apariencia de tus actos de burbujas. La verdad jamás podrá ser empañada con el lodo, ya que su brillo no está en la palabra, sino en el propio brillo de tus ojos. Y será su falsa  comedia, incluso, hasta cuando la digas a media.

Siendo así, tu verdad sin actos verdaderos,  es igual al jabón que se esfuma, así, en el fondo tu verdad será una simple y falsa burbuja.

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